Existe un vínculo significativo entre el insomnio persistente, el aumento de la inflamación en el cuerpo y, como resultado final, una mayor tasa de mortalidad.
En otras palabras, las personas que sufren de insomnio persistente tienen un mayor riesgo de morir, particularmente por causas cardiovasculares, que aquellas que solo experimentan insomnio intermitente.
Así lo demostraron Sairam Parthasarathy y sus colegas de la Universidad de Arizona (EE. UU.), quienes caracterizaron el insomnio persistente como la dificultad para dormir de forma constante durante un período de ocho años.
En comparación con el insomnio intermitente, el insomnio persistente se asocia con una mayor tasa de mortalidad, independientemente de los efectos de los sedantes y la oportunidad de dormir (a diferencia de la privación del sueño).
Estudios anteriores han demostrado que el insomnio crónico puede ser causado por anomalías neuroquímicas y que no dormir reduce la inmunidad del cuerpo.
Proteína C-reactiva
Los investigadores encontraron que después de ajustar la muestra de voluntarios por factores como la edad, el sexo, el peso corporal, el tabaquismo, los medicamentos hipnóticos y la actividad física, las personas con insomnio persistente tenían un 58 % más de probabilidades de morir durante el período de estudio que las personas sin insomnio.
La mayor incidencia de mortalidad observada en el grupo fue de origen cardiovascular más que relacionada con el cáncer.
Los investigadores también encontraron que los niveles séricos de proteína C reactiva (PCR), un factor de riesgo independiente de mortalidad, eran más altos en sujetos con insomnio persistente.
Aunque los voluntarios con insomnio intermitente tenían una probabilidad levemente mayor de morir que los sujetos sin insomnio, cuando los datos se ajustaron según varios factores contradictorios, como el índice de masa corporal, el tabaquismo y la actividad física regular, este exceso de riesgo hipotético debido al insomnio intermitente se eliminó. .
Fuente: www.diariodasaude.com
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